sábado, 7 de abril de 2012

'Cause if this is what we've got, then what we've got is gold.

Os voy a contar la historia de mi vida, de lo que era, lo que es, y en lo que quiero que se convierta.
Todo comenzó cuando conocí a un ejemplo de vida, aún me acuerdo, una tarde calurosa de octubre. Una tarde conocí a la persona perfecta, no para mí, sino para el mundo. Formada a base de virtudes y regalando sonrisas.
Me explicaré, yo de aquella padecía una terrible enfermedad, sin cura aparente, la timidez. Para todos aquellos que la padezcáis, ya sabéis lo que se siente, para los que no, lo describiré de una manera sencilla: Cárcel para el corazón.
Dichoso es el que pueda vencer a este terrible enemigo, que no te deja expresarte, que te quita la libertad, las pequeñas locuras de la vida, que siempre pregunta :¿ por qué?, en vez de un esperanzado : ¿y por qué no?
Y la envidia por esa forma de vida que yo ansiaba tener creció, y mientras las barreras que flanqueaban mi corazón, se negaban a desaparecer. Vivía en una cárcel. No había forma de que mi gran enemigo desapareciese.
Había conocido a quien me había impulsado a salir de eso, faltaba en mi vida la persona que me ayudase a salir de allí, y así fue, apareció.
Entró en mi vida mucho tiempo después, entró, sin ni siquiera avisar, y se fue, tan rápido como había llegado, y aún no ha vuelto a aparecer, no creo que lo vuelva a hacer nunca. Y las únicas palabras que dijo quedaron grabadas en mi memoria, y nadie, ni nada, logrará borrarlas nunca. Me dijo que vivía en una cárcel que yo misma había creado.
Chica tímida siempre está pintada por dulce, delicada, confiable, pero tan vulnerable. Nadie se da verdadera cuenta del precio a pagar por esa imagen superficial, pues por dentro puede esconderse el espíritu de un luchador nato.
Oída aquella terrible verdad pensé… y pensé. Luego decidí luchar. Pero, ¿cómo vencer al enemigo cuando el enemigo eres tú mismo?
Debes dejar de pensar tanto, dejar de preocuparte, aprovechar el momento ahora, que si dejas pasar oportunidades te arrepentirás profundamente el resto de tu vida, verás como tu vida pasa sin hacer nada, sin agarrarte a ella, sin sentirla. Déjate llevar por la vida. Levántate emocionado sin saber las sorpresas que te deparará la vida esta vez.
Actúa según lo que tú desees, sin pensar en lo que los demás puedan llegar a decir, porque, verdaderamente, ¿acaso importa lo que piensen? Hazlo, por el simple hecho de que lo deseas, por el simple hecho de que quieres ser feliz. Por quitarte un peso de encima y sentirte un poco más libre.
Llena tu vida de pequeños momentos de locura.
La duda te está matando… ¿verdad? Pero, surgen los siguientes pensamientos:
-Si no lo digo me arrepentiré toda mi vida.
-Si lo digo quizás empeore todo, quizás lo pierda.
-Si lo digo, no habrá vuelta atrás.
-Si lo digo… no sé lo que pasará después si lo digo.
Miedo a arriesgarse.
Pero, imagina, imagina por ejemplo ese chico con el que todas las noches sueñas, no te fíes de sus actos, no te fíes de sus palabras, fíate de su mirada.
No pretendas que sea adivino, nadie lo es, dile como te sientes, deja a tu corazón derrochar amor en cada palabra, déjale encender una chispa en esa hoguera llamada esperanza.
Déjale, por un segundo, sentirse suyo.
Puede que, si la cosa va mal, pierdas algo, pero, lo que ganas es mucho más grande que el precio a pagar.
Preocúpate por los demás, si esperas que la gente se preocupe por ti no ganarás amigos nunca. Pues la gente solo piensa en sí misma día y noche. Es más, cuando no estamos ocupados pensando en algún problema específico, solemos pasarnos el 95% de nuestro tiempo pensando en nosotros mismos.
Haz eso, y te garantizo que ganarás más amigos en dos meses, de los que podrías haber ganado en dos años.
Y, sobre todo, baila. Baila como si no hubiera un mañana, como si el sol no fuera a salir nunca. como si nadie estuviera mirando; pero baila, pues el movimiento de nuestro cuerpo tan solo expresa como somos. Deja que los demás sepan de lo que eres capaz, de lo que estás echo.
Métete en otro mundo con la música, vuela, sonríe… que el mejor momento para ser feliz es cada vez que tu corazón late.
Así fue como yo, de porcelana encerrada en una cárcel, logré salir. Y cada día que pase me alejaré más de ese horrible lugar, ese horrible lugar llamado timidez.
Que ya sé cual es el camino, aunque mis ojos no sepan guiarme por la vida. El corazón se ha calzado sus botas, esquiva las piedras, y si cae al suelo, se levanta rápido y continá regalando sonrisas.
Cuando te levantes, en cuanto el día comience, ponte frente al espejo y sonríe, sonríe de verdad. Os aseguro que no hay nada como un amanecer entre sonrisas. Veamos que cartas nos reparte hoy la vida. Y piensa, hoy estoy preciosa. Hoy puede ser un gran día, hoy puede ser el mayor día de nuestras vidas, hoy podemos crear recuerdos que perduren en nuestra memoria para siempre.
Porque yo no quiero hacer otra cosa en la vida que compartir alegrías, y recuerda:
Nadie necesita tanto una sonrisa, como aquel al que no le queda ninguna por dar.

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