A veces nos sentábamos a esperar por las estrellas. Pero últimamente el
cielo no puede estar más gris, y tu sonrisa no puede estar más apagada.
Ya en el fondo de tus ojos no leo el deseo, están vacíos. El viento
glacial abre un abismo entre nosotros. Estuve tan sola contigo rondando
por mi mente, esos sueños en los que tú me acariciabas mil veces.
Pero este había sido un día perfecto, ni una sola nube en el cielo.
Había sido un día perfecto, viendo la puesta de sol desde el capó de tu
coche. Con mi deseo reflejado en tus ojos que me decían ven, acércate.
Anochecer contando tus lunares, amanecer con un nuevo color de tu
sonrisa. Y te seré sincera, quiero que sepas, que todo lo que tenemos no
es mucho, pero que deshiela los polos, que hacer sentir calor al sol,
que llena corazones.
Bebiendo cafeína para mantenernos despiertos, manteniéndonos despiertos
para no soñar. Que si sueño cuando me despierte ya no estarás. Que
cuando tú estás aquí el sueño y la realidad se confunden y me hacen
temblar. Temblando y brillando, porque hoy es todo lo que tenemos. No
quiero dar las buenas noches, este es el día perfecto para tumbarnos en
la hierba y hablar, hablar por horas. Y beberme tu sonrisa, pasearme por
tu piel y ver mi mirada reflejada en tus ojos que te dicen: Esta noche,
quédate.
Date cuenta que cuando el sol cayó, cuando la luna tímida empezaba a reflejarse en el mar, tú y yo ya teníamos algo.
Tengo
paciencia, pero todo lo que tenemos me sabe a poco, mira, fíjate, el
amor está por allí, un letrero grande, luces de neón. Fíjate cuanta
gente se desvía del camino principal, fíjate cuanta gente se adentra por
ese camino sin saber su final. Cuantos de ellos lo dejan todo nada más
entrar. Unos irán con ilusión, llenos de pasión; otros con miradas que
hielan, corazones de piedra. Y, ¿cuántos de ellos llegarán al final de
ese camino juntos? Solo unos pocos. Venga sigamos el sendero. No te digo
que esto dure hasta el final pero podemos divertirnos un rato, jugar a
que yo te quiero y que tú necesitas mis besos.
Abramos caminos, cerremos heridas. Y si ves que la duda te asalta te guío yo.
Entonces dime, ¿Qué estás haciendo tú…
sin
mí? Vamos, que hoy ha sido un día perfecto, que has hecho mi mente
volar, que tenemos todo el tiempo del mundo para descubrirnos. Quédate
esta noche, podemos pasarnos horas hablando, nuestra canción favorita
sonará en la radio y giraremos sobre nuestros talones bailando algo
improvisado. Mi pelo se enredará entre tus dedos y mi piel se
estremecerá con tus besos. Tu sonrisa pondrá el color a esta noche, yo
pondré la ilusión. Y todo lo que tenemos no es mucho, pero es como una
manta a un mendigo, un rayo de sol en medio de tanto frío, algo que
salva, que quema por dentro.
Quédate esta noche, porque esta noche no hay otro lugar en el que se suponga que deba estar; salvo a tu lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario